El diseño puede tomar un rol muy importante en la planeación de las empresas porque las obliga a cuestionarse aspectos que muchas veces desconocen:
– ¿Cuáles son sus planes a futuro?
– ¿Qué tan eficientes son sus procesos administrativos?
– ¿Quiénes son sus clientes?
– ¿Qué esperan sus clientes?
– ¿Se pueden mejorar los servicios / productos que ofrecen?
– ¿Controlan y entiende la información que generan en inventarios o registros?
– ¿Tienen alguna fortaleza competitiva?
Aunque la mayoría de estas preguntas deberían ser contestadas desde el plan de negocios, estos cuestionamientos redefinen muchas veces los objetivos de la empresa y orientan las acciones hacia una planeación enfocada a las personas y sus necesidades.
Un ejemplo de esto es la empresa alemana ERCO, la cual pasó de ser un fabricante ordinario de accesorios de iluminación para el hogar durante 25 años, a transformarse en la compañía líder mundial de iluminación arquitectónica. Esto porque integró el diseño en todos los aspectos de las operaciones de la empresa: productos, innovación, estrategia y más (Heskett, 2002).
Mientras esto sucede en otros países, en México la principal razón por la que las empresas desaparecen es la falta de planeación y estrategia. Si a esto sumamos que los encargados de las decisiones en los negocios no tienen contacto con el diseño y sus alcances, el panorama resulta poco alentador. Además, no todos los diseñadores se interesan por las necesidades esenciales de las empresas, haciendo más grande el distanciamiento Diseño – Negocios.
No pretendo decir que el diseño sea el único responsable del éxito o fracaso de una empresa, sino que puede ser una parte importante de un conjunto de circunstancias y conocimientos, en los que ocurre una integración interdisciplinaria que logran que la empresa se desarrolle de mejor forma.
¿Alguien interesado en integrar diseño en su empresa?