Actualmente la gran mayoría de las empresas tienen un sitio web o analizan tener uno porque “está de moda”, sin embargo la importancia de tenerlo radica en entender por qué y para qué es necesario contar con esta herramienta. Sobre estas dos preguntas podemos construir la estrategia del sitio y entender que su objetivo principal es siempre mejorar el negocio ya sea incrementando las ventas al implementar un tienda en línea, obteniendo presencia de la empresa en la red, o consiguiendo nuevos clientes.
Sin un objetivo definido, sin un rumbo, lo único que lograremos será que los consumidores potenciales opten por irse con la competencia. Es común considerar la parte visual como lo más importante del proyecto, pero si hablamos de mejorar el negocio a través del sitio web lo más importante son los clientes. Por lo que, el primer paso es analizar cuáles son sus necesidades, investigar las razones por las qué visitarán tu sitio, en pocas palabras: conocer qué buscan.
No todos los sitios web pueden ser iguales, porque las necesidades de cada usuario son diferentes, por lo que el diseñador orientará y definirá hacia dónde es conveniente dirigir el proyecto. La arquitectura de la información, el hecho de darle importancia a los usuarios, investigar a fondo sus necesidades, la accesibilidad y funcionalidad del sitio son factores importantes que el diseñador tomará en cuenta para desarrollar la estrategia.
Un proyecto web bien fundamentado puede ser, por mucho, la mejor inversión de tu negocio, pero es necesario siempre definir los objetivos, la meta, y la estrategia, ya que sin eso el proyecto está condenado a generar un gasto más que una utilidad.